El metanol es un alcohol cuya estructura es CH3OH. Se emplea tanto
como solvente o bien en procesos de síntesis de nuevas moléculas.
Este alcohol, se puede encontrar
en diversos productos incluyendo adhesivos, pinturas, tintas, removedores de
pintura, productos de limpieza, resinas, anticongelantes, productos
fotográficos, etc.
Su amplio uso aumenta el riesgo de exposición, ya sea por inhalación
de sus vapores, contacto con mucosas, o bien, a través de la piel mediante la
manipulación inadecuada de productos que lo contienen.
Por otro lado, la principal causa
de intoxicación aguda en la población adulta ocurre principalmente por el consumo
de licor adulterado, pues el metanol produce efectos embriagantes similares al
etanol, y por tanto constituye una sustancia ideal para la adulteración de las
bebidas alcohólicas.
El metanol presenta una rápida absorción por todas las vías (oral, dérmica e
inhalatoria). En el caso de la vía oral se absorbe totalmente entre 30-90
minutos, tiempo en el cual alcanza su máxima concentración plasmática.
Luego, en el proceso de
distribución, el metanol perfunde rápidamente en todos los órganos y no se une
a proteínas, razón por la cual se puede dializar. Su volumen de distribución es
de 0,6 a 0,7 L/Kg, con lo cual su penetración en tejidos es baja.
La mayor parte del metanol
circula a nivel plasmático, atraviesa la barrera hematoencefálica y es
metabolizado lentamente en el hígado. La vida media oscila entre 12 a 24 horas.